Por la Sierra de Loja

Encuentros con nuestra historia
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Tipo de ruta: circular.
Distancia total: 15,550 km.

Duración aproximada: 6 horas.
Desnivel acumulado: 625 m.
Dificultad: media.

En esta ruta recorreremos gran parte de la sierra de Loja, llena de encanto con parajes singulares esculpidos caprichosamente por el agua de la lluvia en la deforestada roca caliza. En la actualidad colonizada por multitud de aerogeneradores, instalación no menos envuelta en cierta polémica. No obstante de alguna manera hay que producir la energía eléctrica, en un país en que la energía hidráulica es mas bien escasa, la energía térmica es considerada muy contaminante, y por no hablar de los peligros de la nuclear. Se nos antoja complicado poner de acuerdo a tantos y variados puntos de vista.

Para iniciar nuestra ruta debemos iniciar una pista forestal, construida precisamente para la instalación de estos aerogeneradores, y que parte desde la gasolinera existente en el área de servicio de la autovía en Loja, cuando circulamos dirección Granada (594 m.s.n.m. 30 S 396312 4113750). Debemos subir algo más de 12 kilómetros hasta llegar a la Majada del Charco del Negro junto a la que vemos un vallado que alberga un nutrido rebaño de ovejas. El estado de la pista es aceptable incluso para vehículos normales, sólo en algunos puntos existen los típicos hoyos que se forman con el agua de la lluvia.

Seguimos por la pista que se abre a la derecha y en breve llegamos hasta una pequeña laguna conocida como Charco del Negro (1.473 m.s.n.m. 30 S 395735, 4108138). Poco antes hay espacio para aparcar nuestro vehículo.

Inmediaciones del Charco del Negro.

Desde aquí seguimos ascendiendo brevemente por la pista hasta dar vista a la vertiente suroeste. Divisamos un prado y en su centro un cortijo con su era. Pronto observamos a la izquierda del camino un panel informativo de la existencia de fósiles que podemos descubrir en la rocas cercanas.

Más adelante pasamos junto a la cueva Horada y poco después en la siguiente curva, abandonamos la pista por la izquierda subiendo por una especie de regajo que nos conduce a la divisoria de aguas. Desde aquí seguimos a la derecha, una pequeña vereda que entre el lapiaz nos conduce a la cima del cerro de Las Cabras. Antes llegamos al carril que sirve de acceso a los aerogeneradores próximos, por el que bajaremos un centenar de metros hasta la caseta de los repetidores. A unos 50 m, de ésta dirección Noroeste, encontraremos una torca donde se ubicaba el primer campamento guerrillero que visitaremos (1.550 m.s.n.m. 30 S 396782, 4107027).
Restos del campamento guerrillero del cerro de las Cabras.

Estas formaciones rocosas en el interior de torcas, pueden pasar desapercibidas para la mayoría de caminantes. Parecen resistirse al paso del tiempo, y es curioso que después de más de 60 años aún podamos reconocerlas.

Como ya les referimos en otras rutas (ver cerro Lucero, o Valle del río Higuerón), en muchas de nuestras montañas tras la Guerra Civil, se refugiaron algunos de los vencidos, y otros por temor a las represalias. Algunos, con el objeto de desprestigiarlos, les denominaban "bandoleros", y otros les llamaban "Maquis", palabra de origen francés que significa "monte bajo". Lo cierto que estos combatientes eran guerrilleros antifascistas luchaban contra el régimen rebelde del general Franco, para reinstauración de la Republica. Prácticaban una férrea disciplina en la que no cabía el bandolerismo por ser un desprestigio para los ideales que perseguían. Aunque es cierto que para conseguir su sustento realizaban sobre todo secuestros a los que llamaban "golpes económicos", y causaban la muerte, en ocasiones violenta, a los que consideraban confidentes de la Guardia Civil.

Pertenecientes a la Agrupación Málaga-Granada, o agrupación "Roberto" nombre de guerra de su líder, después de la batalla en el cerro Lucero, encontraron en estas sierras el entorno ideal para su camuflaje. Para ello aprovechaban los grandes huecos en el suelo a modo de pequeñas dolinas denominados torcas. En ellas ubicaban estas peculiares construcciones de rocas, sobre las que colocaban un toldo para protegerse de la lluvia o nieve.

Las torcas le proporcionaban cierto resguardo de las duras condiciones climatológicas y en caso de hacer fuego se dificultaba su apreciación a lo lejos. Usaban para ello leña muy seca para minimizar la producción de humo. Siempre protegidos por centinelas estratégicamente situados en las zonas altas, oteando el horizonte para prevenir el posible ataque de las fuerzas represoras.

En cada una de estas construcciones se acomodaban dos guerrilleros, para para aprovechar mejor así el calor corporal mutuamente producido.

Reconstrucción de uno de los refugios.

Continuamos nuestro camino subiendo por el carril hasta las cercanías del vértice geodésico del cerro de las Cabras (1.632 m.s.n.m. 30 S 396846, 4106536). Continuaremos dirección sur por el carril hasta que este acaba. Antes pasaremos por un enorme boquete conocido como Hoyo Hondo, mientras a ambos lados podemos percibir la inmensidad y desolación de estas sierras. Frente a nosotros, a lo lejos las sierras Tejeda y Almijara, así como parte del enorme polje de Zafarraya.

Vértice geodésico de las Cabras.
Cuando el carril finaliza en el último de los aerogeneradores, continuamos por una incipiente vereda originada por el ganado. Nuestra dirección sigue siendo sur pero ya tendiendo al suroeste. Nuestro objetivo es ahora llegar hasta el cerro de Los Frailes, de característica forma cónica y no muy lejano.

Al fondo se aprecia, a la izquierda el cerro de los Frailes y el de las Víboras a la derecha.

Hoyo Hondo.
Con dificultad vamos progresando entre el lapiaz, atravesando sugerentes dolinas, y sorteando algunas torcas, por la zona conocida como Los Encuentros.

Hermosa dolina en el camino al cerro de los Frailes.
Al fondo el cerro de las Víboras.
Entre hemosas dolinas y bordeando algunas torcas llegamos hasta la base del cerro de Los Frailes. Hemos dejado a la derecha el cerro Montoso y a la izquierda el cerro del Trigo. La mejor opción para afrontar la subida es hacerlo por la cresta rocosa que tenemos en frente. La subida no es demasiado larga, algo más de 100 m de desnivel, pero el lapiaz y las piedras sueltas la hacen más tediosa.
Cerro de los Frailes.
Cuando llevamos poco más de la mitad de la subida, al acercarnos al límite rocoso de nuestra izquierda podremos observar dos pequeñas torcas en las que se ubicaban sendos campamentos gerrilleros. En cada uno contabilizamos al menos cuatro refugios lo que supone al menos espacio para 16 hombres (1.576 m.s.n.m. 30 S 395934, 4104074).

Aunque suponemos que todos los campamentos no estaban ocupados continuamente, ya que la norma vital del guerrillero era cambiar frecuentemente de posición. La cercanía de estos dos emplazamientos nos hace pensar que el número de guerrilleros que se ubicaban en este cerro de Los Frailes debía ser elevado, pues de otro modo, no tendría sentido el que los construyesen tan próximos (1.565 m.s.n.m. 30 S 395980, 4104093).

Campamento guerrillero del cerro de los Frailes.
En breve llegamos hasta la cima del cerro del que no conocemos muy bien el origen de su topónimo. Lo que si les podemos asegurar es que sin duda en esta zona de la sierra de Loja se vieron obligados a pasar parte de su efímera vida los hermanos Jurado Martín conocidos precisamente, en su pueblo natal Torrox, con el nombre de "Los Frailes".

El mayor de ellos Manuel conocido en la guerrilla como "Clemente" o "el Canito", era tras "Roberto" el máximo responsable de la Agrupación. El hermano mediano, Rafael con nombre de guerra "Nico", murió abatido por la Guardia Civil en el combate de Cerro Verde entre Cómpeta y Frigiliana. Y por último el hermano menor Antonio "Felipe", fue uno de los guerrilleros más temidos. Llegó a ser comandante jefe del 6º batallón. "Clemente" y "Felipe" fueron ejecutados en Granada el 16 de abril de 1953.

Cima del cerro de Los Frailes, al fondo el cerro de las Víboras
(1.605 m. 30 S 395871, 4104024).

Iniciamos la bajada y nos dirigimos a un carril que pasa entre los cerros de Los Frailes y el de las Víboras. Lo seguimos un corto tramo hasta desviarnos a la derecha para seguir por una tenue vereda por la que afrontaremos el ascenso al cerro de las Víboras.
Unos de los campamentos guerrilleros en el cerro de las Víboras
(1.542 m. 30 S 395165, 4104856).

Este enclave constituía un verdadero bastión para el ejercito guerrillero, que en la primavera de 1950, trasladó hasta aquí su Estado Mayor y principales bases. Hasta cuatro campamentos, ubicados en cuatro torcas independientes podremos observar durante la subida. Nos podemos hacer una idea del elevado número de guerrilleros que se cobijaban en este cerro. Incluso muy cerca del vértice geodésico, podemos observar dos puestos de centinelas. Y durante la subida encontramos dos puestos más donde probablemente se parapetaban centinelas que cubrían las veredas de entrada a este entramado.

Otro de los campamentos (1.498 m. 330 S 395480, 4105041).

El 19 de enero de 1950 la Guardia Civil atacó estos campamentos, causando la muerte al capitán guerrillero, del 2º grupo del 6º batallón, Antonio Núñez Montoza con nombre de guerra "Crescencio". En el encuentro también murió el guardia civil Francisco Varela Casas.

Probablemente el origen de este enfrentamiento comenzó a gestarse un mes antes, el 10 de diciembre de 1949. En la torca de Montenegro (Zafarraya), acampaba un grupo de guerrilleros de los más relevantes de la Agrupación. Entre ellos los mencionados "Felipe" y "Clemente", y Manuel Lozano Laguna "Lozano", comandante jefe del 7º batallón y uno de los más antiguos guerrilleros que llegaron desde Orán (Argelia), con Ramón Vía.

El centinela era Manuel Martín Vargas "Felipillo", quien no se sabe si estando dormido, el caso es que no advirtió de que se acercaba una patrulla formada por cinco guardias civiles. En el combate perdió la vida "Lozano", guerrillero muy apreciado por sus compañeros por que hacia las veces de médico al haber estudiado veterinaria. También resultó herido, en sus partes nobles otro guerrillero José Navarro García "Lorenzo" y varios guardias.

Los restantes guerrilleros se dispersaron y "Felipillo", temiendo que sus compañeros lo ejecutaran por no haber hecho bien su vigilancia, decidió entregarse a la Guardia Civil en Agrón el 25 de diciembre de 1949, es decir 15 días después del suceso relatado.
Cima del cerro de las Víboras.

Para salvar su vida o encontrar una pena de prisión más atenuada este guerrillero decidió colaborar con la Guardia Civil, labor que desempeñó durante 19 meses. Una de las primeras delaciones que realizó, fue servir como práctico y organizar este ataque a las posiciones de sus antiguos compañeros en este cerro de las Víboras con el resultado que ya les he relatado.
Casilla de las Latas.

Ahora sólo nos resta un largo tramo de carril al abrigo de los tajos que se precipitan desde el cerro de las Cabras, pasando por las casas del Buitre, del Quejigal y de las Latas.

Muy pronto llegaremos al tramo de carril por el que iniciamos nuestro caminar, y al Charco del Negro donde en sus proximidades nos aguarda nuestro vehículo.

(Las coordenadas y los track, están referidas al datum WGS84).

Solicitar el track en picomijas@gmail.com

Sería conveniente además incluir en vuestro correo de solicitud, marca, modelo de gps y formato de fichero deseado, gdb, gpx o plt.

3 comentarios:

Juani dijo...

Estimado tocayo:
Muchísimas gracias una vez mas al mundo de la montaña. Sin duda alguna resulta todo un lujo disfrutar de tu descripción de ruta, siempre enriquecida por interesantes comentarios, y perfectamente complementadas por el mapa de la ruta y las fotos que serán una magnífica referencia para llevarla a cabo, probablemente la próxima temporada.
Dedicada a tí y que por otra parte me servirá para incrementar mi curriculum de rutas que aún me faltán en el zurrón.
Un abrazo
Juani

Insonrible dijo...

Muchísimas gracias por esta información. Imagino que hacer esta ruta en agosto es algo suicida, pero tempranito por la mañana, ¿crees que es posible?

Palmeral dijo...

El "Roberto" se llamaba José Muñoz Lozano, nació en Ciudad Real el 3 de marzo de 1914, perteneció al PC. fusilado el Granada el 22 de nero de 1953. Cometio 14 secuetros "económicos" como tú le llamas, unbo de ellos a un tío de mi padre al que le sacaron 100.000 pesetas (lo llevaron a la ruina) y 7 atracos, además mató ahorados para no gasta munición a varios de lo suyos por creer que eran delatore, y además los suyos le tenían pánico. Uno de los suyos, el Panzones de Frigiliana le hacía de caballo, pues siempre le lleva a a cujestas..
Quítate de la cabeza la idea romantica del guerrilero antifranquista. La mauoría eran huídos a la sierra por ahber cometidso algunos delitos, a las víctimas esto no les gustaba.
Saludos