Longitud total 10´16 km
Desnivel acumulado a superar:
536 m
Tiempo estimado 3 h.
Altitud máxima: 890 m
Altitud mínima: 438 m.
Para las personas menos acostumbradas, quisiera comenzar diciendo que es muy importante adecuar nuestros esfuerzos a nuestra condición física. El senderismo puede resultar una de las actividades más beneficiosas para nuestro organismo. Pero es necesaria la moderación. En esta ruta afrontaremos un largo tramo de subida en el que se supera un desnivel de más de 500 m. Hablamos de casi una hora de esfuerzo continuado. Esto para personas de edad media, iniciadas en esta práctica puede resultar agotador. Pero para personas poco acostumbradas sin duda es poco recomendable.
Situaremos el punto de
partida en los aparcamientos del campo de fútbol de Mijas, en la zona superior
de la barriada de Osunillas (Mijas) y junto al cuartel de la Guardia Civil de
Mijas.
Partiremos bajando por la
carretera de acceso al campo de fútbol, y en breve seguiremos a la izquierda,
por un camino que da acceso a las casas colindantes, y que desemboca en un
bonito sendero que nos introduce en la cañada de la Presas, que vemos a la
derecha bajo nuestra posición.
Bajamos unos pocos metros por
esta carretera, hasta introducirnos por nuestra izquierda en el pinar. Es una
zona sin sendero, pero en breve encontraremos la vereda que nos servirá de
enlace con nuestro camino. Así evitaremos un tramo de carretera más transitada,
y por lo tanto más peligrosa.
Pronto alcanzaremos una
especie de carril que servía para la extracción de mineral de una explotación
minera ya abandonada. Subiremos por nuestra izquierda, y aunque encontramos algunas
alternativas de pequeñas veredas, mantenemos el sendero principal que asciende,
protegido por el pinar, siguiendo la dirección este.
La cumbres que parecen
observarnos y por las que luego transitaremos, de oeste a este, cerro Horao, Medialuna,
y Cabezo de Zagalurrera.
Cuando ya hemos rebasado la zona
degradada, llegamos a un tramo más cómodo de pendiente casi inapreciable e incluso
con pequeños tramos descendentes. Entre los claros del bosque, a nuestra derecha
podemos observar la carretera. A nuestra derecha tenemos una pequeña cañada
conocida como “cañada del Criminá”, pero deben estar tranquilos que jamás nos
hemos encontrado a ese pintoresco individuo.
Ya en serio, al continuar llegamos a un cruce que debemos seguir a la izquierda, por un tramo coincidente con el sendero del pequeño recorrido PR-A 171 (R10-3,755 m). Nos recibe uno de los parajes, en nuestra opinión, más encantadores de esta sierra el puerto del Cerezal. Si somos observadores al otro lado del regajo, advertiremos una zona muy horadada por los jabalíes, y una poza de barro que se origina en los días de lluvia, y que es empleada por estos ungulados para desparasitarse.
Al abrigo de un tupido bosque afrontamos a continuación una fuerte rampa que nos deposita en el collado de Ceria, entre el Cabezo de Zagalurrera a la izquierda y el cerro de Valcázar a la derecha. Sentimos una debilidad especial por este paraje, en el que en numerosas ocasiones hemos disfrutado de unos mágicos momentos inmersos en la niebla (R10-4, 859 m).
Por la izquierda parte una
pequeña vereda que nos conduce, en unos minutos a la cima. La panorámica es espléndida
y aunque su cota no es de las más altas de la sierra, su excelente ubicación la
hace muy encantadora (R10-5, 898 m).
Para continuar desde el
collado seguimos a la izquierda por un sendero que se dirige a las crestas. En
ocasiones podemos dudar de su continuidad pero existen marcas amarillas y
blancas del PR-A 171, y discretos puntos azules que nos ayudan. Este tramo, en
otro tiempo salvaje, se ha convertido en el preferido por los senderistas
debido a las excelentes panorámicas que desde él pueden divisarse.
El primero de los collados
por el que accedemos a las cumbres es conocido como puerto Carboneras. Un poco
más adelante, al tiempo que accedemos al segundo collado conocido como puerto
Farero, podemos observar ejemplares de pino negral (Pinus pinaster), más frecuentes en esta zona de la sierra.
Poco después del collado
superamos un tramo rocoso en el que, por seguridad, debemos usar las manos para
apoyarnos. Más adelante abandonamos la cresta por una vereda que parte a
nuestra derecha buscando un tercer collado el puerto de Cornocalejo (R10-6, 882
m). Existe la posibilidad de ascender al cerro de la Medialuna, que está muy
próximo. Sólo tenemos que subir a lo más alto de la cresta por una vereda que
busca la cumbre, para luego enlazar con la ruta principal, bajando dirección
norte.
Cerro de Medialuna
Bajamos ahora un tramo muy
empinado aprovechando el cauce de un pequeño regajo hasta llegar a un carril.
Debido a su escaso uso, se va deteriorando, y alguno de sus tramos comienza a
ser devorado por la vegetación. En breve accedemos al puerto de al Medialuna,
donde hay una zona marcada como helipuerto. Disfrutando de la umbría
descendemos suavemente por el carril hasta llegar, tras rebasar un cable de
acero que impide el paso a vehículos no autorizados, a un cruce con otro carril
que debemos seguir a la izquierda. Transitamos por un paraje de elevada humedad
al encontrarnos en la vertiente norte de la sierra.
Tras caminar unos minutos por
el carril, llegamos al cruce de caminos del puerto de La Graja. El paso a
vehículos se encuentra restringido en todas las direcciones por cadenas, cables
de acero, y señales verticales que nos advierten de esta limitación (R10-7, 749
m).
Por nuestra izquierda
descendemos por el carril que se dirige a la cantera de Los Arenales. No deja
de ser, al menos pintoresco, lo que puede leerse en los paneles informativos
“cantera restaurada”, indudablemente el concepto restauración no tiene el mismo
significado para todos.
Bordeamos esta explotación
por su lado este, y antes de iniciar una marcada curva a la derecha en la que
tenemos un pequeño cerro justo en frente, aprovechamos una segunda
discontinuidad en el murito de nuestra izquierda, habilitada para la evacuación
del agua de lluvia, para comenzar un nuevo sendero (R10-8, 674 m).
Esta zona es conocida como
puerto de los Títeres, debido al desaliñado aspecto que presentaban antaño, los
sufridos hombres en los fríos y ventosos días invernales al buscar su modo de vida.
En una economía precaria de subsistencia se aferraban a trabajos como la
obtención de la cal, de esparto, de leña, entre otros.
Nos introducimos en la cañada de Las Minas, en la que como su nombre indica existió a finales del siglo xix y comienzos del xx, una próspera actividad minera. Nuestro camino pasa junto a alguna de estas explotaciones de plomo, cinc, e hierro, la encontramos a la derecha del sendero junto a una pila usada como lavadero. Les advertimos que puede ser peligroso acceder a ella, a poco de su entrada existe una galería vertical.
Esta zona es también empleada
por practicantes del ciclismo de descenso, por lo que podemos confundir nuestro
camino. De todas formas si esto sucediera, bajaríamos entre el pinar hasta la
carretera de acceso a la cantera de los Arenales (R10-9, 622 m).
Tras rebasar la mina, debemos
girar a la izquierda por un camino que es empleado por los ciclistas, que pasa
junto a una calera. Poco después el camino que sigue las rodaduras se bifurca.
Continuamos nuevamente por la izquierda, siguiendo un regajo que luego
abandonamos por la derecha.
En breve accedemos a una
especie de carril que servía de acceso a las antiguas instalaciones mineras, lo
seguimos hacia la derecha y llegamos a una pronunciada curva de la carretera de
acceso a la cantera de los Arenales. Justo en la parte interior de esta curva,
continua el sendero que se introduce en la cañada (R10-10, 541 m).
Tras cruzar el lecho del
arroyo en dos ocasiones, el sendero se establece en la margen oeste del regajo
que ya no abandonará. Sigue la dirección de una antigua conducción de agua de
la que aún quedan restos de las tejas que se emplearon en su construcción.
Un poco más adelante
encontramos un cruce con parte de uno de los tramos que emplean los ciclistas,
aunque seguimos por la derecha, ambos caminos se unen más abajo. Entre los
claros del bosque, divisamos la carretera que sirve de acceso a la planta
embotelladora de agua mineral y a las antenas instaladas en el cerro del Moro.
Pronto hallamos un cruce que
seguimos a la derecha por un sendero que discurre paralelo a la carretera.
Llegamos a la parte superior de las casas de Osunillas junto a la piscina
municipal y al cuartel la Guardia Civil. (R10-11, 445 m). Sólo tenemos que acceder a las inmediaciones del campo de fútbol donde iniciamos el recorrido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario