Desde la estación de Benaoján a Villaluenga del Rosario



Tipo de recorrido: lineal
Distancia total: 16´7 km.
Desnivel acumulado: 971 m.
Altitud máxima: 1.029 m.
Altitud mínima: 426 m.
Dificultad: Media.
Época recomendada: Preferiblemente otoño o invierno.


La ruta que les presento queda incluida dentro de los límites del Parque Natural Sierra de Grazalema en su zona este. Transcurre entre los términos municipales de Benaoján, en la provincia de Málaga, y el de Villaluenga del Rosario, ya en la provincia de Cádiz.
Se trata de seguir el trazado del antiguo camino que unía las localidades de Benaoján y Villaluenga del Rosario a través de los puertos de Cufría y del Correo. Es un recorrido muy poco frecuentado que seguramente hará las delicias de los que buscamos encontrar la paz que tanto echamos de menos en las ciudades, que en ocasiones nos inunda y ahoga.


Para iniciar el recorrido tomaremos como referencia la estación de ferrocarril de Benaoján. Como indico en la ficha de la ruta se trata de un trazado lineal, por lo que es necesario tener previsto el modo de regreso. Por ejemplo dejando un vehículo en Villaluenga, junto al monumento al queso Payoyo, que es donde finalizaremos.
Comenzamos, dirección sur paralelos a la línea férrea, y al llegar a un paso a nivel que dejamos a la izquierda, continuamos por la calle de la derecha. Muy pronto, a la izquierda,  cruzamos el puente del arroyo que nace un poco más arriba en la surgencia de Benaoján.
Después seguimos a la derecha pasando junto al hotel rural Molino del Santo. Sin duda un hermoso lugar donde pasar un fin de semana en buena compañía. Comenzamos a subir por el camino a Benaoján, en un principio hormigonado, obviando otro camino que parte a la izquierda y que nos llevaría hasta la dehesa del mismo nombre.
En breve dejamos a nuestra izquierda en nacimiento que antes les comentaba, y poco después ascendemos por un carril en muy mal estado que nos conduce hasta la carretera MA-8400. Por la que subimos unos pasos hasta llegar al bulevar de Benaoján, donde se ubican numerosas industrias cárnicas que dan empleo a muchos de los vecinos de esta localidad serrana.
Unos doscientos metros después, debemos coger a nuestra izquierda una calle que sube con fuerte pendiente, dejando a nuestra derecha las instalaciones del cuartel de la Guardia Civil. Culminando nuestra subida una amplia escalera que nos conduce hasta la calle Presbitero Jose Moreno. La seguimos a la izquierda hasta llegar a la plaza donde se emplaza la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, patrona de Benaoján, cuyas fiestas se celebran el 7 de octubre.

Calle por la que debemos subir.

Continuamos de frente por la calle Peñón Gordo, y seguidamente a nuestra derecha debemos seguir la calle la Línea, que finalmente nos deposita en la carretera MA-8401, de Benaoján a Cortes de la Frontera. Aquí existe una pequeña zona de aparcamiento donde podemos aparcar e iniciar aquí el recorrido si queremos evitar este primer tramo.
Seguimos a la derecha unos cincuenta metros, hasta encontrar junto a la carretera un panel informativo del Parque Natural que nos señala la ruta Benaoján-Llanos de Líbar. Ascendemos con brusquedad por un pequeño carril mientras que a nuestra derecha observaremos las paredes del Tajo del Castillejo donde se situaba la antigua fortaleza árabe de Benaoján.


A poco de comenzar llegamos a una especie de llanito donde para seguir, debemos girar a la derecha, y luego a la izquierda, ya que nuestro camino aunque sigue la misma dirección tiene su continuidad un poco más arriba.
Continuamos por un terreno ligeramente ascendente, entre olivos y almendros al tiempo que dejamos atrás las propiedades colindantes alguna de ellas preservadas por cánidos de mayor entusiasmo que tamaño. En ocasiones podemos advertir bajo nosotros la carretera que conduce a Cortes de la Frontera.
Llegaremos a un portón que sortearemos por su lado sur, y continuaremos por un carril de un precario asfalto. Poco después veremos a la derecha un nuevo portón algo más discreto que el anterior, por el que debemos continuar. Debemos ser tan cuidadosos como agradecidos, ya que atravesamos propiedades privadas.
Una vez hemos dejado el portón en las mismas condiciones en que lo encontramos, comenzaremos a ascender ya con mayor pendiente, y pronto afrontaremos una empinada cuesta bordeando la ladera del cerro de Juan Román. Sobre nosotros ya avistamos las primeras paredes de roca de las estribaciones de la Sierra de Juan Diego. Nuestro camino sigue entre aulagas, jérgenes, y demás plantas típicas de la vegetación mediterránea por una zona conocida como Los Majales. Existen numerosas veredas que el ganado traza en su trasiego diario, debemos estar atentos y encontrar la principal que discurre junto a un derruido murete de piedras.

Los Majales
Una vez coronada esta subida llegamos al llano de Bartolomé donde, a nuestra derecha, se ubica un cortijo que llamaremos de Monte Prieto, por estar situado al abrigo de este monte. A su espalda, en lo alto, podemos observar una enorme ranura en la pared de roca y sobre la que se encuentra el pico Ventana.

Próximos al llano de Bartolomé.
Por nuestra izquierda vemos el trazado de un carril que desde la carretera se dirige al llano del Pozuelo donde llegaremos poco más adelante siguiendo su dirección. Una vez avistamos este polje en el que se encuentran dos cortijos ya derruidos, denominados del Pozuelo y de Gloria lo bordearemos por su lado derecho hasta llegar una charca que es empleada como abrevadero por el ganado.


Cruzaremos un nuevo portón que deberemos dejar tal como lo encontremos, junto a él un pozo y dos pilas labradas en la roca. Continuaremos por el carril unos 150 m, y lo abandonaremos por la derecha por una vereda poco marcada al comienzo, aunque si lo suficiente.
A nuestra izquierda veremos la continuación del carril que se dirige a una depresión, conocida como hoyo del Niño Fernando en la que se encuentra el cortijo Baldío. Muy pronto encontraremos el camino empedrado conocido como La Escalereta, construido por los árabes para mitigar la fuerte pendiente de la zona en su ruta hacia Villaluenga del Rosario.

Escalera árabe
Cuando ya parece haber terminado este camino empedrado, tras dejar a nuestra izquierda un pronunciado peñón, llegamos a un cruce en el que debemos de frente. A la derecha el sendero nos puede conducir a la cima del pico Ventana de 1.298 m.
Seguiremos ascendiendo dirección al puerto de Cufría. En un principio la vereda está bien definida, pero seguidamente se vuelve más difusa. Existen marcas que nos pueden ayudar a no desviarnos de nuestro tortuoso camino, pero en todo caso se trata de ascender hacia el collado que se nos muestra delante.

Al fondo el puerto de Cufría
Muy pronto la pendiente se dulcifica al tiempo que atravesamos algunas idílicas dolinas, que sirven de alimento a los frecuentes rebaños de ovejas. Estamos en el puerto de Cufría1.029 m. Paso natural entre la sierra de Juan Diego a nuestra derecha, y la de Palo, a la izquierda. Y en pocos minutos observamos al fondo un pequeño portón que nos permite continuar hacia los llanos de Líbar.

Puerto de Cufría
Una vez atravesado el portón, seguimos un sendero en suave descenso, que nos deposita en un carril que seguimos a la izquierda. En poco menos de dos kilómetros estaremos en el espectacular polje conocido como llanos de Libar, situado a una latitud de casi 1.000 m. En los alrededores existen numerosas simas, por las que se evacua el agua de las generosas lluvias, que posteriormente surgen en manantiales en zonas más bajas.


Surgencia en los llanos de Líbar

Proseguimos, dirección suroeste, por el carril que se adentra en la inmensa llanura. En unos mil metros, debemos ir buscando a nuestra derecha el camino que nos conduce a un paso entre montañas conocido como puerto del Correo. En la inmensidad del llano las veredas son muy numerosas y difusas, pero a medida que vamos sumergiéndonos entre encinas, nuestro camino se hace mucho más definido. Hasta aquí hemos recorrido terreno perteneciente a la provincia de Málaga, pero justo en esta zona entramos en la provincia de Cádiz.

Llegando al puerto del Correo
Tras superar un corto tramo de ascenso, y superar otro portón, llegamos al mencionado puerto del correo, 1.034 m, que franquea esta sierra de Líbar. La panorámica que puede observarse desde este punto es inmejorable. En primer término las extensas llanuras conocidas como llanos del Republicano, y al fondo las entrañables moles calizas de la sierra de Grazalema.

Panorámica desde el puerto del Correo.
Comenzamos el descenso, que por esta vertiente es más largo y pronunciado, y se produce en dos tramos separados por un corto tramo más suave. Al llegar a este punto existen unos indicadores de madera que nos señalas las diferentes opciones a seguir. A la izquierda el camino que nos llevaría  a la casa de los Pinsapos, o a la Salamadre, otra cumbre emblemática de esta sierra de Líbar.
Continuamos descendiendo aún con mayor pendiente, que el trazado del camino intenta minimizar con frecuentes curvas. Una vez rebasado este descenso llegamos a los llanos del Republicano. Sin duda un escenario ideal para el rodaje de esas batallas, que recreando la edad antigua, tantas veces hemos presenciado en el cine.

Llanos del Republicano
Rebasado el mencionado portón, debemos continuar siguiendo la misma dirección hasta alcanzar un carril que vemos al fondo, y que atraviesa un pontón de hierro. Este es el camino que conduce desde Villaluenga del Rosario hasta los llanos del Republicano, y que ahora seguimos en sentido inverso.

Villaluenga del Rosario desde el puerto de las Viñas

En marcado ascenso continuamos por este carril hormigonado durante un largo tramo, hasta culminar la subida en el puerto de las Viñas. Ya solo nos queda descender algo más de un kilómetro, hasta alcanzar la carretera. Allí en una rotonda de reciente construcción, se ubica el monumento al queso Payoyo, tan codiciado por los buenos paladares, finalizamos nuestro recorrido.
Monumento al queso Payoyo, en Villaluenga del Rosario



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