Estación de Benaoján




Tipo de recorrido: Circular
Distancia total recorrida: 7´3 km.
Desnivel a superar: 400 m.

Les presento un bonito recorrido circular que puede realizarse fácilmente en dos horas, y prácticamente sin ninguna dificultad, si tenemos ganas de andar. En él disfrutaremos de uno de los entornos más atractivos del parque Natural Sierra de Grazalema, como es la cueva del Gato, además de espectaculares panorámicas del valle del río Guadiaro y de la comarca de Ronda.

Partiremos desde la estación de ferrocarril de Beanoján, junto a la que existe una pequeña cantina, regentada por Ángel y su esposa Rosi. Donde, si lo deseamos, podremos degustar al regreso, de una bien merecida cerveza helada, acompañada de unas exquisitas tapas con productos de la zona. También podemos optar por almorzar, justo enfrente, en el bar de Anita. Y si lo que deseamos es saborear un buen asado, el lugar idóneo es el restaurante El Muelle, que regenta Cristóbal, y su  amable señora Gina. Está situado a unos ochenta metros de la estación, junto a la misma línea de ferrocarril, dirección Ronda.

Como decíamos, partimos durante unos cien metros, dirección sur, y siempre paralelos a la línea del ferrocarril, hasta llegar a un paso a nivel que tomamos a nuestra izquierda. Descendemos suavemente entre las casas de la barriada de la Estación, y en breve, tomamos la calle que parte a nuestra izquierda, dejando a  nuestra derecha la pequeña fábrica de embutidos Los Cachones.
Esta calle que hemos abandonado con anterioridad, antaño nos conducía hasta un puente que desgraciadamente destruyó el río Guadiaro tras la riada que se produjo en la madrugada del domingo 21 de octubre de 2018. Esta era la ruta habitual hacia la Cueva del Gato, y así es recogida en folletos, y paneles informativos. Animo, desde aquí, a las autoridades competentes, a la reconstrucción de esta infraestructura que daba vida a la barriada de Estación de Benaoján, dando paso su atractivo quizás más emblemático, la citada cueva.


Puente destrozado por la riada.
Para proseguir con nuestro alternativo camino, continuamos por la calle por la que caminábamos, y que pronto se convierte en un bonito sendero con el río Guadiaro a nuestra derecha. La senda concluye en el Charco de la Barranca, donde existen unas pasaderas que sin mucha dificultad, nos permiten cruzar el río.



Existe otra posibilidad de evitar estas pasaderas, aunque en un recorrido menos atractivo. Para ello desde la estación del ferrocarril, debemos abandonar la barriada de la Estación, caminando por la carretera a Ronda. Justo al rebasar el puente de la misma sobre el río Guadiaro, debemos seguir una pequeña vereda que a nuestra derecha nos conduce al camino habitual a la cueva del Gato.
Continúo mi descripción, tras rebasar las pasaderas del Charco de la Barranca. Allí alcanzamos un camino por el que seguiremos a nuestra izquierda.  Bordeamos el río, y muy pronto pasaremos junto a las ruinas de un antiguo molino, mientras sobre nosotros el puente de la carretera. Es aquí precisamente donde se une la vereda, que comentaba como alternativa a las pasaderas del Charco de la Barranca.
El camino ahora es un bonito paseo junto al río durante algo menos de 2 km. Poco antes pasaremos junto a un hotel rural construido sobre las ruinas de una antiguo molino denominado de las Cuatro Paradas.

En breve llegamos hasta los alrededores de la Cueva del Gato, donde en el momento de mi descripción, para cruzar el río había que hacerlo por unas improvisadas pasaderas. Aquí existía un puente de madera, prácticamente recién construido, y la riada también lo devoró. Una vez cruzamos el río seguimos por una pasarela de madera, hasta las inmediaciones de la famosa cueva. Justo antes pasamos bajo el puente de piedra que sustenta la línea del ferrocarril, importante vía de comunicación con el mediterráneo. Fue construido en 1892.

Entorno de la cueva. Foto 1890.
Puente del ferrocarril. Foto de 1892.
Cueva del Gato
Se trata de un paraje idílico, que incluso en los rigores veraniegos sus frías aguas nos ofrecen un agradable microclima. Esta cueva es en realidad la salida del río Guadares o Campobuche, que desaparece por la llamada cueva del Hundidero, unos kilómetros al norte de Montejaque.
Allí se construyó un embalse con la idea de retener el agua de este río, pero las características del subsuelo calizo, hizo inútil este proyecto ya que el agua desaparece bajo la montaña y surge kilómetros más abajo, precisamente por esta Cueva del Gato.
Pantano de Montejaque
Una vez que hemos disfrutado de este paraje, subimos por la ladera de nuestra derecha por un sendero que sube bruscamente. En realidad existen diferentes veredas dibujadas por el ganado en su trasiego diario. Hemos de escoger la que nos parezca mejor definida, pues se trata de ascender por la ladera de nuestra izquierda, entre retamas, y otras especies del bosque mediterráneo. A medida que ascendemos se va abriendo la panorámica, mientras en primer término a la derecha, divisamos las línea férrea Algeciras-Bobadilla.

Cruce en con el camino de Ronda
Después de unos quince minutos de pronunciado ascenso, llegamos a otro camino que a la derecha conduce a Ronda. Debemos seguir a nuestra izquierda ascendiendo ahora con menor pendiente. En breve llegamos a una especie de collado, en el que nos encontramos a nuestra izquierda el típico vallado que rodea a las propiedades cercanas.


En inapreciable subida llegamos a otro collado por el que descendemos por un carril hormigonado, a la otra vertiente. Pronto podemos disfrutar de una pintoresca panorámica de la localidad Montejaque, incrustada entre las montañas calizas. A su izquierda la sierra de Juan Diego, y al fondo el Peñón homónimo a esta localidad. A nuestra izquierda y ya en el fondo del valle, la localidad serrana de Benaoján. Famosa por sus industrias cárnicas, que hacen las delicias de los frecuentes visitantes.

Montejaque
Benaoján
Descendemos con fuerte pendiente, que el trazado del camino trata de suavizar con frecuentes curvas de herradura. Al finalizar este tramo, el recorrido se torna prácticamente llano, entre huertos particulares. Pasamos junto al campo Santo de la localidad, y en breve estaremos ya recorriendo su calle principal.
Continuamos por esta especie de bulevar, dejando atrás una rotonda justo a la que existe, a la izquierda, una tienda donde podemos adquirir productos típicos de la serranía. Cuando abandonamos las últimas casas, el citado bulevar se convierte en la carretera MA-8401, y por unos metros tenemos que bajar por ella, escasos metros, con mucho cuidado pues carece de arcén.
Pronto podemos continuar por una acera, estando atentos de tomar, tras pocos metros, una especie de carril que parte a la derecha en fuerte descenso, que va a unirse a otro camino que baja al otro lado de la cañada, desde Benaoján.

A la izquierda la surgencia de Beanoján

Cuando ya están próximas las primeras casas de la barriada de la Estación, en breve a nuestra izquierda observamos la surgencia de Benaoján. En épocas de lluvias es asombroso el caudal que mana por ella. Producto de su acumulación en los valles ciegos en lo alto de las montañas circundantes, y evacuada por simas que confluyen en este lugar.


Pasamos junto al pintoresco hotel rural Molino del Santo, y tras rebasarlo tomamos la primera calle a la izquierda. Muy pronto pasamos el puente sobre el arroyo que origina la surgencia mencionada.


Proseguimos por la derecha y tras unos metros llegamos a la altura del paso a nivel por el que pasamos al iniciar nuestro recorrido. Ya solo nos queda caminar los escasos pasos que restan hasta la estación del ferrocarril, y disfrutar de un reparador descanso.


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